CONTEMPLENLO Y QUEDARAN RADIANTES




Contemplenlo y Quedaran Radiantes

En estos días vivimos nuestras vidas a las carreras, queremos que todo sea rápido, queremos reducir o eliminar los procesos, dar menos vueltas, que todo sea más simple y práctico, celulares súper rápidos, carros veloces , que el tiempo pase rápido, por tal razón para los que vivimos en esta generación se nos hace tan difícil detenernos, un ejemplo de eso es cuando vas caminando en la calle y una persona mayor se te cruza adelante y lo único que pensamos es como hacer para pasarla y dejarla atrás o nos preguntamos la razón por la que esa persona no puede echarse a un lado para que nosotros podamos seguir a nuestro ritmo acelerado, y eso es así en todos los aspectos de nuestra vida. Los cristianos tampoco somos la excepción cuando estamos en misa es pendiente de la hora para ir a hacer otra cosa, reuniones fugaces, grupos de oración con poco tiempo para orar y ni hablar de el momento de visitar a Jesús sacramentado, se nos hace muy difícil permanecer sentados por más de una hora contemplando a Jesús, a nuestro salvador.


En el evangelio de la Transfiguración Lucas 9, vemos como sus discípulos les piden quedarse en ese lugar, por la paz y la tranquilidad que les daba estar juntos con el maestro y viendo su luz resplandeciente, si nosotros miráramos con más detenimiento diríamos los mismo, cuando vamos a la capilla a contemplar a Jesús sacramentado no llenamos de su luz y nuestro corazón quiere quedarse en ese lugar y hacer su choza pero debemos sacar de nuestra cabeza ese sentido de rapidez y de urgencia que tenemos incrustados en nuestro interior. Contemplar a Jesús sacramentado es no hacer ni pedir ni pensar, es solo disfrutar que Dios está aquí con nosotros, disfrutar su presencia. Dejarnos caer ante su presencia y poner a sus pies nuestras preocupaciones y dificultades diarias es el mayo regalo que le podremos hacer, es la mejor manera de reconocerle como nuestro rey y salvador, el ya nos conoce y sabe lo que necesitamos pero Jesús se complace en recibirnos y escuchar de nuestros propios labios cuales son ese necesidades y en su momento y en la medida que el considere nos complacerá. No dejemos que la urgencia del día a día nos quite la dicha de disfrutar de la paz y tranquilidad que la presencia de Jesús sacramentado nos puede brindar. No permitas que se te pase la vida sin disfrutar un día de la presencia de Jesús que estará contigo en la eternidad. El culmen de nuestras vida de oración es la contemplación, estar tiempo a solas con Dios que nos ama.

DTB
ALIX



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