Mujer Levanta Tu vista a Jesus, Tu Salvador
En días pasados estuvimos celebrando el Día internacional de la Mujer, y la mayoría de los mensajes colgados en las redes sociales eran de elogio y alago para nosotras, que hemos logrado sobre salir en esta sociedad en la que nos encontramos tantos obstáculos, los mismo que nos alientan a dar lo mejor de nosotras, sin importar la circunstancias por las que estemos pasando. Luego de ver la historia de tantas mujeres que han aportado tanto a nuestra sociedad, me hicieron pensar, si para nosotras en la actualidad es difícil desarrollar toda nuestra capacidad y potencial me pregunto, ¿Como fue para las mujeres que acompañaban a Jesús o que tuvieron algún encuentro con el en algún momento de su vida publica?. En el evangelio de Juan 4, 7, Jesús se dirige a la samaritana y le pide agua, estoy mas que segura que esta mujer en ese momento se encontraba con su vista hacia abajo, por ser mujer, pobre y samaritana, en el momento en el que Jesús le pide agua seguro le miro a la cara sorprendida ya que nunca se imaginaria que un hombre judío se dirigiría a ella pero aun así ella luego de una conversación que llego a su corazon y toco su alma, no le quedo mas que decir, Señor dame a beber de tu agua que da vida.
En otro pasaje del evangelio en Marcos 5, 25 encontramos una mujer que tenia doce años con un flujo de sangre el cual apenas le permitía arrastrarse, imagino que ella fue pisoteada, rechazada y olvidada por su sociedad la cual no le permitía ni siquiera buscar una forma de sanar su enfermedad pero eso no fue impedimento para ella llegar hasta los pies de Jesús y tocar un hilo de su túnica, a pesar del dolor y debilidad que sentía por su enfermedad encontró las fuerzas en su fe para llegar hasta su salvador quien cambiaría su condición. Y si vamos a Lucas 7, 37 vemos a una mujer que sin decir palabra alguna, solo presenta su arrepentimiento a través de cada lagrima que sale de sus ojos y se entregarse por completo a su salvador al caer a los pies de Jesús ungiendolo con lo mejor que podía dar representado en ese perfume que derramo en sus pies. Estas son solo algunas historias de esas valientes mujeres que se atrevieron a desafiar una sociedad que las descalificaba, rechazaba, alejaba e ignoraba, Dios no nos ha dado un espíritu de temor sino de valientes, y así como esas mujeres que dejaron todo atrás para mirar y seguir a Jesús, son modelos para cada una de nosotras, recordándonos que los obstáculos los podremos superar, poniendo nuestra vista en Jesús y postrándonos a sus pies para asi pedir su entendimiento y sabiduría.
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ALIX
DTB
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